septiembre 12, 2010

El interior y el Exterior - Robert Venturi


Importante escrito de Robert Venturi, el arquitecto estadounidense más influyente del posmodernismo en su principal obra, Complejidad y contradicción en la arquitectura.


El contraste entre el interior y el exterior puede ser una de las
manifestaciones principales de la contradicción en la arquitectura. Sin
embargo, una de las más poderosas ortodoxas del siglo XX ha sido la
necesidad de continuidad entre ellos. Quizá la contribución más atrevida de la
arquitectura moderna ortodoxa fue el llamado «espacio fluido», que se usó
para conseguir la continuidad interior y exterior. «El espacio fluido» produjo
una arquitectura de planos horizontales y verticales relacionados. La
independencia visual de estos planos interrumpidos se consiguió con la
inclusión de zonas acristaladas: las ventanas como agujeros en el muro
desaparecieron y se convirtieron, en cambio, en interrupciones de muros que
la vista reducía a elementos positivos del edificio. Tal arquitectura sin esquinas
implicó una continuidad total del espacio.
El propósito esencial de los interiores de los edificios es encerrar en lugar
de dirigir el espacio y separar el interior del exterior. La función de la casa de
proteger y proveer el aislamiento psicológico y físico, es una función antigua.
Podría empezar esta secuencia con la idea de que una habitación es un
espacio en el espacio. Algunas veces la contradicción no está entre el interior
y el exterior, sino entre la parte superior y la inferior del edificio.
La contradicción entre el interior y el exterior puede manifestarse en un
forro despegado que produce un espacio adicional entre el forro y la pared
exterior. Pueden ser más o menos contrastantes en forma, posición, dibujo y
tamaño.

La separación de las aberturas de las ventanas interiores y exteriores en la
iglesia de Imatra de Aalto modifica de una manera similar la luz y el espacio.
El espacio residual en medio de espacios dominantes, con grados diversos
de abertura, puede darse a escala de ciudad y es una característica de los
foros y otros complejos del urbanismo romano.

Un espacio intermedio en este sentido proporciona el terreno común
donde las polaridades conflictivas pueden ser fenómenos gemelos. El espacio
residual algunas veces es torpe. Como el volumen estructural es rara vez
económico. Es siempre un espacio sobrante, supeditado a otro más
importante.
El contradictorio espacio interior no admite el requerimiento de la
arquitectura moderna, de unida y continuidad de todos los espacios. Ni de los
estratos en profundidad, especialmente con yuxtaposiciones contra-puntuales,
satisfacen el requerimiento de que las relaciones entre las formas y los
materiales sean económicos y unívocos. Y la complejidad dentro de un límite
rígido contradice el dogma moderno que dice que un edificio crece de dentro
hacia fuera. La contradicción o por lo menos el contraste entre el interior y el
exterior es una característica esencial de la arquitectura urbana, pero no es
sólo un fenómeno urbano.
La arquitectura americana y en especial la arquitectura moderna con su
antipatía por la «fachada falsa», ha favorecido el edificio independiente y
aislado.
El diseñador tanto de fuera hacia adentro como desde dentro hacia fuera,
crea tensiones necesarias que nos ayudan a hacer arquitectura. Ya que el
interior es diferente al exterior, el muro – el punto de transición- pasa a ser un
hecho arquitectónico. La arquitectura se da en el encuentro de las fuerzas
interiores y exteriores de uso y de espacio. Estas fuerzas interiores y
ambientales son generales y particulares, genéricas y circunstanciales. La
arquitectura como muro entre el interior y el exterior es el registro espacial y el
escenario de este acuerdo. La arquitectura abre una vez más sus puertas al
punto de vista urbanístico.

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